Vapear, vapeo, vapeador son términos que tal vez algún día recogerá la RAE en su diccionario, pero que en todo caso han pasado a formar parte en los últimos tiempos del vocabulario popular.
¿Por qué los que vapeamos insistimos tanto en diferencia fumar de vapear?. Yo diría que porque son dos actos que tienen pocas cosas en común, salvo que uno puede sustituir al otro y alejarnos así de terrenos muy peligrosos para nuestra salud y la de los que nos rodean.
- Fumador viene de humo (latin fumus), recordad que en castellano las letras “h” suelen proceder de la “f” latinas (y si no preguntádselo a cualquiera que hable un idioma latino que no sea el castellano).
- Vapeador viene de vapor (latín vapos).
Contents
¿Y qué es el vapor?, ¿eh?
Las palabras casi nunca son inocentes, si volvemos al diccionario de la RAE nos encontraremos con estas definiciones:
- Humo: Mezcla visible de gases producida por la combustión de una sustancia, generalmente compuesta de carbono, y que arrastra partículas en suspensión.
- Vapor: Fluido gaseoso cuya temperatura es inferior a su temperatura crítica. Su presión no aumenta al ser comprimido, sino que se transforma parcialmente en líquido; p. ej., el producido por la ebullición del agua.
Definir vapor es más complicado que definir humo, pero al mismo tiempo nos da una buena idea de lo que estamos haciendo, de lo que implica vapear. En realidad, desde el punto de vista físico, el vapor es un estado “intermedio” entre el líquido del depósito de nuestro cigarrillo electrónico y el estado puramente gaseoso (el que se alcanzaría después de la temperatura crítica que dice el diccionario). 
La imagen de arriba es una buena manera de distinguir el humo del vapor, lo que llama la atención son las chimeneas gordas ¿verdad?… pues eso que sale es vapor de agua. La larga y fina del centro es la peligrosa, la que está emitiendo los humos contaminantes.
Vale, tío. ¿Y eso que tiene que ver con la composición del vapor y la del humo?
Ehhhh… bueno, es complicado y seguramente seguiremos insistiendo un poco en todo esto, pero para empezar, por ejemplo, yo diría que hay tres diferencias esenciales entre el humo y el vapor, entre fumar y vapear:
- El humo se genera a temperaturas muy, muy altas, es una combustión. El vapor de nuestros líquidos lo hace a temperaturas bastante bajas, es una evaporación, y ni siquiera completa.
- El humo se produce como consecuencia de la reacción de los componentes del objeto que se quema entre sí y con el oxígeno, destruyéndose las sustancias presentes en el producto original (una hoja resecada a la que además los fabricantes añaden alguna “cosita”) y formándose otros nuevos. Literalmente miles y miles de ellos diferentes.
- El humo tiene partículas sólidas en suspensión, esto es importante, aunque lo dejaremos ahí pendiente por ahora.
Bueno… hay una cuarta, el humo sabe bastante mal en general (menos los ahumados aromáticos de algunos alimentos, estos la verdad es que pueden estar bastante ricos) y el vapor de los cigarrillos electrónicos, sobre todo si procede de líquidos complejos es una sinfonía de sabores bastante agradables. Ya, ya… soy un poco pedante a veces, lo sé ☹
¿Queréis hacer la prueba? . ¡¡¡Vapead, malditos!!!
- Tomad una pequeña (muy pequeña, y aquí les hablo sobre todo a los amantes de las “vaporadas”) bocanada de vapor de vuestros atomizadores, claromizadores, tanquetas…
- Expulsad el vapor y valorad su consistencia
- Ahora tomad otra cantidad similar, pero…. ¡cuidado! Ahora retened el vapor en la boca todo lo que podáis
- ¡Vamos!, ¡aguantad!… relamed y saboread un poco el líquido en la boca, así de paso lo vamos “catando”
- ¿Ya?. ¿habéis notado los matices del líquido en la lengua, en la boca, su temperatura?
- Bien: Expulsad el vapor.
- ¿Donde está?. Quizás algo haya sobrevivido, pero la mayor parte se ha vuelto a condensar en vuestra boca, ha bajado la temperatura y se ha convertido de nuevo en líquido.
- ¿Queréis que desaparezca por completo y que nadie sepa que le habéis pegado una “calada” al cigarrillo electrónico en un sitio prohibido: Meted la boca en el cuello de la camiseta y exhalad los restos (esto no lo contéis por ahí, ¿de acuerdo?) ¡Ha desaparecido!
Eso es vapor, señoras y señores. Eso es vapear.
Iba a decir que ahora encendierais un cigarrillo de los de tabaco y repitierais los mismos pasos… pero ¡que va, ni se os ocurra!, decídselo a ese amigote que sigue pegándole fuertemente al Marlporro que lo haga y observad lo que sucede.
Mañana, si eso, me lo contáis.
Por cierto: no me gusta nada el termino “cigarrillo electrónico”, pero lo hablamos otro día.